sábado, 27 de octubre de 2012

Falsas expectativas....

Ante la llegada de un bebé, principalmente del primero, dejamos todo, todito todo preparado. Un carrito con su capazo, una cuna en nuestra habitación, una cunita o moisés en nuestro salón para cuando se quede dormido sus siestas...etc, etc, etc...

Pensamos que el bebé se quedará dormido en su cunita y ahí se quedará tranquilito una horita al menos, o dos, las que nosotras aprovecharemos para hacer las millones de cosas de la casa. Y por la noche igual, se despertará para amamantar y luego seguirá durmiendo plácidamente en su cunita, al menos un par de horas o tres...

Luego los bebés nacen y oh! se queda dormido la siesta al pecho y en cuanto lo pones en el moisés ¡a los 5 minutos se despierta!, si te lo quedas en brazos duerme una horita como mínimo, claramente no le gusta el moisés, le gusta su mamá o su papá.  Por la noche se queda dormidito al pecho y cuando lo pones en la cunita a la media hora se despierta, si lo pones en la cama contigo duerme sus dos horitas seguidas, claramente no le gusta la cuna, le gusta su mamá o su papá. Si lo sacas de paseo en el capazo, empieza a llorar al poco, y si lo porteas, puedes dar paseos de horas, claramente no le gusta el capazo, le gusta su mamá o su papá. Con la consecuencia de que todo lo que habías planeado prácticamente no te sirve, o sólo para un ratito que es el que se queda tranquilo. ¡Ah! y eso de disponer de una horita o dos para hacer las cosas de la casa tampoco es real... porque el bebé quiere estar en brazos. 



Así ha sido mi hijo, sólo quería brazos, nada de cunas, de moisés ni de capazos, y qué hemos hecho nosotros, adaptarnos y disfrutarlo. Por la noche a dormir con nosotros en la cama (ratos grandes en nuestra cama, algunos ratitos en su cuna que estaba pegada a nuestra cama, como expliqué en el post anterior). Las siestas, en brazos, o pegaditos en el sofá, así aprovechábamos para descansar también nosotros. Los paseos colgadito encima nuestro, (que por cierto vaya liberación el no tener que ir con carro) Y la casa.... la casa no es lo importante, lo importante está entre tus brazos.

¿Cómo ha sido la experiencia con tu hijo o hija, se parece a la mía?

Un beso,
Anabel de mimamita





2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo Anabel, pero hay que ver las circunstancias de cada madre o cada pareja. Si tienes la suerte de dormirte de pie y en cualquier sitio el colecho es perfecto, pero si eres una pejiguera como yo para dormir la cosa cambia. Me encantaría dormirme abrazada a mi pequeña, pero el caso es que no pego ojo...
    Tenerla cargada todo el rato, chapó. Yo me compré el pañuelo también y la disfruté mucho.
    Y sobre la casa, bueno...si tienes la suerte de poder permitirte contratar a alguien para que lo haga, pues genial, si no....
    Pero en general, lo que comentas es sin duda lo mejor para nuestros pequeñ@s!!
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Hola Lola, una de las ventajas del colecho es que podemos descansar más...si es que podemos, si no, a buscar alternativas. Y en cuanto a la casa, parto de que en la mayoría de los casos en las casas somos dos más el bebé, entre los dos algo de tiempo para hacer lo fundamental se saca. Un besito.

    ResponderEliminar